lunes, 25 de abril de 2011

Quién paga no manda.

Al principio de estar en esta ciudad me sorprendía como las mujeres de limpieza siempre acaparaban los temas de conversación… Me negaba a mi misma acabar así, pero a día de hoy puedo entender el porqué y hasta considero oportuno publicar una entrada… 

El primer día que tuvo que venir nuestra mujer de limpieza, ni siquiera se presentó. Hablé con el portero por si él había tenido noticias de ella, pero no las tuvo. De camino al ascensor, otra mujer de limpieza me asaltó hablando a toda velocidad creo que defendiendo a nuestra empleada. Eran mis primeros días y por entonces sólo conseguía entender la mitad de las conversaciones, pero lo suficiente para entender el contexto… Habló sobre un accidente de moto y una operación de rodilla pendiente y que tal vez el médico había decidido adelantar dicha operación. Sonreí a la mujer e intenté tranquilizarla porqué hasta me sorprendió la desesperación en la que intentaba defender a la otra.

Al día siguiente sí vino. En teoría la chica tenía que venir cada 15 días porqué no sólo cobran el trabajo hecho, sino que les tienes que pagar el desplazamiento… Así que ya el anterior inquilino del piso, tenía acordado con ella que en vez de venir un día por semana, viniera cada 15 y que estuviera más horas, con un total de 6 horas por día. Ese día se llegó media hora tarde y se fue una hora antes.
Nada más llegar, las condiciones las puso ella y me dijo que ni lavaba la ropa ni planchaba. Y yo que le había dejado una montaña de ropa…!! Buen comienzo. El segundo día vino una hora más tarde y obviamente tampoco estuvo las 6 horas que le tocaban… Eso sí, me dio la explicación de que ella no plancha porqué no le daba tiempo y muy amablemente se ofreció a venir un segundo día sólo para planchar. Obviamente, también se le tiene que pagar el transporte...

Nuestros amigos del 6º también tenían la misma mujer de limpieza. Con ellos nunca llegó a presentarse, poniendo excusas varias. Y otros amigos también han sufrido aventuras varias con su mujer de limpieza como: renovar todo un vestuario de blanco a rosa, encontrar el pasaporte dentro de la lavadora, empapado claro está, algunas cosas rotas accidentalmente… Por no hablar de los "culebrones" de sus vidas que siempre acaban interfiriendo en su trabajo… 

En definitiva, todo un mundo peculiar alrededor de las mujeres de limpieza, en el que el cliente, nunca tiene la razón y aquí quién paga no manda!!

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