Cuando por fin aterricé en Sao Paulo, la sensación que tuve en el cuerpo, no fue muy diferente a cualquier otra que uno siente cuando está de vacaciones… Es decir, la sensación de pisar y descubrir un lugar en el que nunca has estado. Me pregunto cuán diferente será lo que sentiré pasado un año, cuando este mismo lugar, lo reconozca como la ciudad donde vivo… Mi ciudad.
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